Un modelo de repoblación basado en la voluntad de cambio y no en la necesidad

El modelo de repoblación de Arens de Lledó representa un cambio con respecto a las  experiencias algunas de éxito, la mayoría un fracaso- de otros municipios: no es la administración pública la que promueve la llegada de nuevos pobladores, sino una empresa privada que trae no a personas necesitadas de una ayuda social o de un alquiler barato sino a gente que busca por iniciativa propia un destino rural.

Hasta el momento, Country Property ha puesto en marcha 24 proyectos. El propietario de la empresa, David Suárez, habla de “proyectos” para referirse a las familias que ya le han autorizado a iniciar la tramitación para construir una vivienda en una finca (que ya han adquirido). De éstos, nueve están paralizados en el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) debido a que por cambios en la ley de Urbanismo 3/2009 se solicitan nuevos trámites para la construcción de viviendas aisladas en el campo, lo que “está provocando que se forme un embudo de expedientes abiertos”, asegura Suárez.

La administración en España y en Aragón cambia de vez en cuando algunos criterios que desconciertan a quienes están en el proceso. “En verano pasado se inventaron una nueva tasa por un certificado medioambiental, y de pagar 18 euros pasamos a pagar 305 y a necesitar más informes para recibir la autorización. Cómo se lo explicas a un cliente”, se preguntó Suárez. Para el empresario, ésto genera “una inseguridad jurídica que es el gran lastre que tenemos en España”.

Ese largo tránsito de administración en administración ha hecho que “algunos proyectos se hayan perdido”, comentó Sandra Salvado. Una familia iba a construir una vivienda-hostal de 80 plazas, pero a los promotores “se les hizo tan largo que se cansaron de esperar y se marcharon a Murcia”, añadió.

Desde que una familia inicia la tramitación para asentarse en el Matarraña hasta que se instala pueden pasar dos años y medio, “un lastre”. Y es que, “aunque el Matarraña es bonito”, afirma Salvado, “no es único, y hay otras zonas bonitas en el mundo”.

En Arens, instalada en una finca, hay una rulot donde vive un irlandés que lo vendió todo en su país “compró la finca, pagó el proyecto y está esperando que el Inaga se desatasque”, afirmó Suárez, quien se lamentó de que “la administración pierde la perspectiva de que detrás de cada proyecto hay una familia”. Este hombre, continuó el  empresario, “piensa que es cuestión de dinero, de corrupción, y que para que le autoricen a construir la casa hay que pagarle dinero a alguien”.

Country Property tiene ahora nueve proyectos atascados, pero cuenta con 18 nuevas propuestas pendientes de comenzar. Hay gente de Singapur, de Surinam, de Qatar, Bahrein, Arabia Saudí y otros con proyectos de vivienda y de empresa: criadores de caballos árabes, un restaurante indú... Su futuro dependerá de cuánto tiempo tarden en poder desarrollarlos.

Cambiaron Holanda por la “luz especial” del Matarraña

Loes y Hans se instalaron en agosto de 2012 en su nueva casa, ubicada en mitad del campo, muy cerca del casco urbano de Cretas, pero que corresponde al término municipal de Lledó. Vendieron su casa en Holanda y se marcharon al Matarraña para disfrutar de una “naturaleza muy especial”, como relataba esta semana Loes.

Hans era ingeniero en Holanda, y ella policía. Con lo que obtuvieron por la venta de su casa se construyeron dentro de la finca su nuevo hogar, una vivienda desde la que se tienen unas magníficas vistas a los puertos de Beceite. Han dejado sus trabajos, pero no quisieron esperar a la jubilación, porque “entonces seríamos viejos”, explica esta mujer, convencida de que es lo mejor que han podido hacer. “En Holanda”, cuenta ella, “hay mucha densidad de población, mientras que aquí disfrutamos de la naturaleza, de la tranquilidad, del silencio y de una luz que es especial y que te llena de vitalidad”. Preguntada por si tiene miedo por la noche por estar solos en medio del campo, Loes dice rotundamente que “no”, y lo repite una y otra vez como si fuera lo último que tiene en mente.

Hasta hoy no han tenido clientes españoles, ya que “para los españoles es un sistema bastante extraño”, reconoce la propietaria de la casa.

Loes explica que sobrevivir sólo del turismo rural, de sus cuatro habitaciones con baño, “no es fácil, pero es posible”, ya que además del turismo, “tenemos algo ahorrado y, sobre todo, tenemos un huerto con verduras plantadas”.

Su vivienda, como la del resto de extranjeros que han llegado a través de Country Property tiene una parte dedicada al turismo rural. En la planta baja, cuatro habitaciones con baño alojan de vez en cuando a turistas extranjeros con quienes comparten el momento de las comidas y desayunos. Principalmente son europeos. Unos británicos y alemanes estuvieron alojados la semana pasada.

Los niños conocen otras maneras de ver el mundo

La nueva alcaldesa de Arens de Lledó, Rosa Pasamonte, subrayó el “cambio tan grande” que ha supuesto la llegada de nuevos pobladores, “sobre todo para la escuela, que estaba a punto de desaparecer”. Su llegada, destacó, “ha reactivado la actividad económica en Arens”, gracias a la construcción de las nuevas viviendas.

También desde la escuela se ve con buenos ojos la llegada de nuevos alumnos. Piedad y Abel son los maestros del colegio público, que pertenece al CRA Algars. Abel vivió unmomento crítico en el curso 2008-2009, cuando sólo quedaban 12 niñosmatriculados, pero “desde entonces no hemos parado de crecer ymejorar”. No en vano, opinan los dos docentes, “los niños se enriquecenmútuamente, porque aprenden que hay otras formas de ver elmundo”. Incluso para losmaestros lo es: “yo soy especialista en inglés”, comenta Abel, “y son una fuente de ayuda constante”.