El Matarraña, un ‘caramelo’ para el turista extranjero que busca montar un negocio

En los últimos meses, numerosos ciudadanos extranjeros han iniciado en esta comarca proyectos turísticos. Generan empleo en el pueblo y contribuyen a su dinamización.

Arens de Lledó sería un pequeño pueblo de Teruel más si entre sus 200 habitantes no hubiera vecinos de más de una veintena de nacionalidades. Desde Canadá hasta Inglaterra pasando por Singapur, Qatar y Surinam. A todos ellos les mueve un mismo motor –la belleza y posibilidades de la comarca del Matarraña— y un mismo horizonte de futuro –sacar adelante un proyecto turístico–.

Actualmente están en marcha cerca de una decena de negocios de turismo rural en esta localidad. Aunque varios de ellos están en la fase inicial del proyecto, por lo que aún les queda un largo camino administrativo por andar para abrir sus puertas al público, dos de ellos están a punto de inaugurarse.

“Hay muchos proyectos que no reciben este último visto bueno y no salen adelante”, explica Eli Díez, técnico de Turismo de la Comarca del Matarraña, que sin embargo afirma que el número de extranjeros interesados en montar este tipo de negocios en el Matarraña es considerable en los últimos años. Según Díez, el último trámite lo da la institución comarcal, que certifica la idoneidad de los establecimientos.

En solventar con éxito estos trámites administrativos tienen amplia experiencia David Suárez y Sandra Salvado, alma máter de Country Property. Esta empresa vende propiedades en el Matarraña a través de una página web en inglés y se dedica al asesoramiento integral de los clientes durante el proceso de puesta en marcha del negocio.

“Con la empresa comenzamos en 2008, pero desde 2010, cuando nos instalamos en Arens de Lledó, hemos trabajado más intensamente”, explica Salvado. “La idea de este negocio surgió cuando nos dimos cuenta de la necesidad creciente de muchos extranjeros en instalarse en el Matarraña y de sus dificultades para conseguirlo, sobre todo cuando llegaba el momento de pedir licencias a las administraciones”, abunda la empresaria.

Sin problemas entre vecinos y los recién llegados

Pero Arens de Lledó no es la única población que atrae a emprendedores extranjeros. También lo hacen Calaceite, Lledó, La Portellada, Cretas… En todos los casos, se trata de personas serias y comprometidas con sacar adelante la idea que tienen en la cabeza. “Antes de que viajen a España les dejamos claro que construir tiene unos costes y lleva su proceso”, explica Salvado. La mayoría llegan con entre 180.000 y 200.000 euros ahorrados y es raro que se echen atrás.

Entre los que llegan hay gente que busca un giro radical a su vida dejando todo atrás en su país de origen, pero también hay quien son profesionales ‘freelance’, que siguen trabajando para empresas de su país desde España, o quienes se buscan un trabajo en nuestro país. Otros no construyen establecimientos turísticos, solo casas en las que pasar sus días de vacaciones de vez en cuando.

“Al principio a la gente del pueblo nos parecía muy raro que hubiera gente interesada en vivir en el medio del campo. Lo veíamos un poco como una vuelta al pasado”, explica Rosa Casanova, alcaldesa de Arens de Lledó (Teruel) desde diciembre de 2012. “Luego nos hemos acostumbrado y les intentamos ayudar en todo lo que podemos, pero nos resulta muy difícil porque no nos entendemos”, añade.

“La gente del pueblo está muy contenta con ellos. Han dinamizado el colegio y el resto del pueblo”, cuenta la alcaldesa, que explica que la escuela de la localidad ha pasado de 10 a 21 niños escolarizados gracias a los inmigrantes, extranjeros y de otras regiones españolas, que han llegado al pueblo en los últimos años.

Los inmigrantes se integran muy bien con el resto de vecinos, según coinciden Salvado y Casanova. Los niños no tienen problemas en el colegio y rápidamente aprenden el idioma. Los más mayores, a través de la asociación cultural de Arens, participan en multitud de actividades lúdicas para todos los públicos.

Proyectos de pasado… Con mucho futuro

El primer negocio turístico puesto en marcha por extranjeros en el Matarraña fue La Torre del Visco. Jemma Markham y Piers Dutton, británicos de nacimiento, iniciaron su andadura en el mundo de la hostelería en 1993 en la localidad de Fuentespalda.

Desde entonces han servido de inspiración para muchos de los que llegan al Matarraña. Sobre todo su éxito, porque son numerosas las guías que reseñan este establecimiento como uno de los más agradables de España para pasar unos días de descanso.

El ejemplo de Markham y Dutton, lejos de agotarse, parece que seguirá vigente durante mucho años. “Actualmente tenemos alrededor de 40 proyectos en cola en Arens, Calaceite, Lledó…”, explican desde Country Property.

¿Por qué el Matarraña?

A la pregunta de por qué eligen el Matarraña todas estas personas, desde Country Property responden con aplomo: “Porque administrativamente es posible”. “Estas personas no vienen solo porque el territorio es bonito, que también, sino porque aquí pueden hacer lo que ellos quieren”, afirma Sandra Salvado.

Hay otros factores que ayudan mucho, añade Sandra, como el encanto de la comarca, la diversidad, la cercanía a grandes ciudades y a la playa, a la que se llega en poco más de una hora en coche.

Los responsables de la empresa añaden que, mientras las administraciones sigan poniendo de su parte con leyes y herramientas de estímulo, este tipo de ideas seguirán germinando en el Matarraña.

“Detrás de estos proyectos hay una ilusión, familias y crecimiento de la economía”, dice Sandra Salvado, a quien le es difícil poner calificativos a la “satisfacción” que le genera su trabajo. “No solo ayudamos a nuestros clientes, también a la gente del pueblo”, afirma